El término souvenir está asociado en general, a unos conceptos tópicos con implicaciones muy variadas: desde las emocionales (evocación de viajes, regalos personales, apego a una determinada cultura, país o región) a las estéticas (el gusto popular, lo banal, la decoración, etc). La tradición de llevarse un recuerdo de los sitios que el turista, el visitante, ha conocido, en forma de pieza ornamental (al margen de las imágenes y los vídeos domésticos), es una práctica que en definitiva, ayuda a realizarse a esa persona como viajera: el objeto es la permanencia física del recuerdo del viaje; no tiene porqué ser un capricho intrascendente.